domingo, 6 de enero de 2013

Tipos de crisis comunes en los trastornos epilépticos


Tipos de crisis comunes en los trastornos epilépticos

Las crisis epilépticas son las manifestaciones de la epilepsia en un paciente. Su aparición se debe a una excesiva actividad eléctrica de un determinado grupo de neuronas. En general, existen dos grandes tipos de crisis epilépticas: las crisis parciales o focales y las crisis generalizadas.

Crisis parciales o focales

Este tipo de crisis comienza en una parte delimitada del cerebro y puede manifestarse de diversas formas:
  • Crisis parcial simple: en estos casos se produce una alteración del movimiento, la memoria y las sensaciones, además de los sentidos de la vista y el oído. La persona no pierde el conocimiento.
  • Crisis parcial compleja: la persona que la padece pierde el conocimiento y puede aparentar un estado de trance. Puede darse una repetición compulsiva de ciertos movimientos. Aproximadamente, dos tercios de las personas que padecen epilepsia sufren este tipo de crisis.
  • Secundariamente generalizada: comienza como una crisis parcial y se extiende al resto del cerebro convirtiéndose en una crisis generalizada.

Crisis generalizadas

Este tipo de crisis empiezan en todo el cerebro y provocan la pérdida de conocimiento. También puede manifestarse de distintas formas:
  • Crisis de ausencia (antiguamente llamada “Pequeño Mal”): este tipo de crisis es más frecuente en niños y la persona pierde el conocimiento mientras aparenta mantener fija la mirada en un punto concreto.
  • Crisis mioclónicas: se caracterizan por provocar una sacudida brusca y muy rápida de las extremidades, que dura escasos segundos.
  • Crisis tónica: tras una pérdida repentina de la consciencia, los músculos de todo el cuerpo se contraen y sufren una hiperextensión brusca.
  • Crisis atónica: en este caso, los músculos de todo el cuerpo pierden su consistencia, se relajan y la persona cae al suelo.
  • Crisis tónico-clónica o convulsiva (antiguamente llamado “Gran Mal”): la persona cae al suelo y el cuerpo se pone rígido (fase tónica) y se producen sacudidas rítmicas de brazos y piernas. Estas crisis también pueden provocar mordedura de lengua, labios morados, salida de espuma por la boca y relajación de esfínteres.

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